Dermatitis atópica: diez consejos para tratarla

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la sequedad, un picor intenso, enrojecimiento y descamaciones. En muchas ocasiones provoca el rascado, irritando la piel y pudiendo llegar a producirse una sobreinfección (Staphylococcus aureus).

Lejos de ser un problema aislado o puntual, esta alteración cutánea es cada vez más frecuente y desde un punto de vista dermatológico de gran importancia por los siguientes motivos:

• Afecta a niños y bebés: los primeros síntomas aparecen antes de los 5 años, incluso en algunos casos puede dar comienzo en la lactancia (entre 2 a 6 meses).
• Aparece en forma de brotes, en algunos casos severos, y para evitarlos o espaciarlos las medidas se tienen que llevar a cabo de forma cuidadosa y sin interrupción.
• Tiene un curso crónico. En la mayoría de los casos hay total desaparición de los síntomas durante la infancia o en la pubertad, sin embargo un 25% de las personas siguen teniendo brotes en la edad adulta.

Causas de la dermatitis atópica

La dermatitis atópica se desarrolla como resultado de una compleja relación entre la predisposición genética y factores ambientales.

Factores genéticos: se sabe que un niño tiene mayores probabilidades de presentar dermatitis si sus padres la han sufrido y además tiene relación con otras alteraciones inmunológicas.

Por otra parte, factores ambientales como temperaturas extremas (tanto     bajas como altas), cambios bruscos de temperatura, baja humedad y   contaminantes ambientales intervienen en la aparición del brote.

Estos factores provocan unas alteraciones en la formación de la barrera cutánea   que hacen que la piel tenga dificultades para retener el agua y también sea más   permeable a los agentes que provocan irritaciones y alergias.

¿Cómo puedo saber si tengo la piel atópica?

La dermatitis atópica requiere ser diagnosticada por un médico especialista, así se evita la confusión con otras patologías de la piel como la dermatitis seborreica o la psoriasis.

Tras el diagnóstico, es importante saber que existe una serie de signos y síntomas comunes que podemos utilizar para centrar nuestro cuidado diario de la piel evitando las complicaciones:

• Sequedad intensa
• Picor intenso
• Enrojecimiento

Dependiendo de la edad (lactantes, niños o adultos) las lesiones se manifiestan en distintas zonas del cuerpo.

¿Qué complicaciones puede tener una dermatitis atópica?

Las complicaciones son realmente importantes sobre todo en el caso de lactantes y niños. Por un parte tenemos las consecuencias emocionales: la dermatitis cursa con bastante picor, lo que induce un estado de estrés, irritabilidad, nerviosismo e incluso insomnio, lo que afecta al desarrollo y el bienestar del bebé si no se controla.

Por otro lado tenemos las complicaciones físicas de la dermatitis: el picor y la sequedad pueden provocar un ciclo de rascado intenso, y el daño en la piel puede dar lugar a una infección por Staphylococcus aureus que necesitaría un tratamiento riguroso para remitir el proceso.

En el caso de adultos, aunque son menos numerosos, podría desarrollarse una dermatitis severa, con picor incesante y engrosamiento de la piel afectando a su calidad de vida en general.

Diez consejos para tratar la dermatitis atópica

A continuación damos una serie de recomendaciones con el objetivo de espaciar y disminuir la intensidad de los brotes:

1.- Utilizar diariamente productos de higiene específicos. En el mercado existen distintas formatos (syndet y sobregrasos) para diferentes estados de la piel, como por ejemplo los siguientes:

• Aderma exomega gel limpiador
• Leti AT4 gel
• Leti AT4 champú
• Leti AT4 baño
• Bioderma Atoderm gel
• Bioderma Atoderm aceite de ducha
• Bioderma Atoderm gel

2.- Es preferible el baño a la ducha, de corta duración (5-10 minutos), con el agua templada, y evitando el uso de esponjas o manoplas ya que pueden irritar la piel.

3.- Tras la higiene, el secado debe ser muy suave a toques y sin fricción.

4.- Una vez limpia la piel, es muy importante el uso de emolientes. Éstos forman una capa que evita la pérdida de agua y aporta los lípidos necesarios para el buen funcionamiento de la piel. Con el uso de estos productos dos veces al día después de la limpieza de la piel disminuye el número de brotes.

En función del grado de sequedad utilizaremos (de menos a más emoliente) leches, cremas o bálsamos:

• Aderma crema exomega
• Aderma loción exomega
• Aderma crema exomega
• Aderma bálsamo exomega DEFI
• Leti AT4 leche corporal
• Leti AT4 leche corporal
• Leti AT4 crema corporal
• Leti AT4 crema facial
• Leti AT4 crema facial factor 20
• Leti AT4 crema intensiva

5.- En el caso de los niños, mantener las uñas cortas y limpias, de esa manera evitaremos que al rascarse se hagan daño. Si son bebés, cambiar con frecuencia el pañal y en caso de irritación utilizar algún producto como Leti AT4 pasta al agua.

6.- A la hora de vestir, usar tejidos transpirables como, por ejemplo, el algodón y el lino, evitando los tejidos sintéticos.

7.- Recordar que los suavizantes y la lejía pueden dejar restos en la ropa que irritan la piel, y se deben retirar las etiquetas.

8.- Evitar los cambios bruscos de temperatura y el ambiente seco. Se recomienda mantener la casa con una humedad constante y libre de polvo.

9.- En la época de brotes evitar los baños en playas o piscinas, ya que sustancias como el cloro pueden irritar la piel.

10.- Por otra parte, recordar utilizar fotoprotectores específicos como Leti AT4 defense.

En caso de encontrarte con la piel irritada y con picores, te aconsejamos que primeramente acudas a un médico. Si ya tienes un diagnóstico, puedes consultarnos, estamos para ayudarte.