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Hiperplasia beninga de prostata

Hiperplasia benigna de próstata

Próstata. Fisiología.

La próstata es una glándula en forma de nuez perteneciente al aparato reproductor masculino, ubicada debajo de la vejiga, delante del recto y rodeando a la uretra (conducto que lleva la orina desde la vejiga al exterior) que ayuda, junto con los testículos y las vesículas seminales, a la producción de semen.

Funciones

Entre sus funciones se encuentran:

  • la fabricación del líquido prostático (encargado de proteger a los espermatozoides y facilitar su movilidad),
  • facilitar la salida del semen durante el coito (interrumpiendo a su vez la salida de orina por parte de la vejiga), y además
  • asegurar la protección de los órganos circundantes contra microorganismos que provengan del exterior. Esta es una de las razones por las cuales los hombres suelen padecer infecciones urinarias con menor frecuencia que las mujeres.

Con el paso de los años el tamaño de la próstata aumenta, pudiendo llegar a producir la tan conocida como hiperplasia benigna de próstata, una patología muy común que presenta el 50% de la población masculina a los 60 años de edad (observándose ya signos microscópicos) y más del 40% a los 70 años con un aumento que se puede detectar con la exploración.

Abordaje de la Hiperplasia de próstata

¿Qué es la hiperplasia benigna de próstata?

La hiperplasia benigna de próstata (HBP) se define como una patología caracterizada por un aumento benigno del tamaño de la próstata, provocando una disminución y/u obstrucción del flujo urinario y causando síntomas a nivel del tracto urinario inferior.

A largo plazo, su crecimiento provoca que se debilite el músculo de la vejiga al tratar de pasar la orina por una uretra más estrecha. Si esto ocurre, puede producirse una sensación de que no se haya vaciado por completo la vejiga al orinar.

Factores de riesgo de la hiperplasia de próstata

Su probabilidad de padecerla es mayor a medida que aumenta la edad. Además, influyen otros factores de riesgo, como puede ser el padecimiento de la patología por algún familiar anteriormente, patologías como la obesidad, enfermedades del corazón, problemas circulatorios, diabetes, disfunción eréctil; o no hacer suficiente actividad física.

Síntomas de la hiperplasia benigna de próstata

Los síntomas que experimenta el paciente principalmente son un aumento de las ganas de orinar, sobre todo por las noches, como consecuencia de la presión que ejerce el agrandamiento de la próstata sobre otras estructuras que la rodean, como es el caso de la vejiga.

Además, el paciente suele tener dificultades para iniciar la micción y el flujo de la orina suele ser lento.

A modo global, encontramos síntomas obstructivos y/o irritativos como pueden ser:

  • un aumento en la frecuencia a la hora de ir al baño,
  • goteo después de orinar,
  • aumento del tiempo a la hora de iniciar la micción,
  • retención urinaria,
  • disminución del flujo de orina, e
  • incontinencia por gran cantidad de orina en vejiga cuyo tamaño se ve reducido.

Además, se pueden producir sensación de no haber terminado la micción.

Diagnóstico

El diagnóstico principal de la hiperplasia benigna de próstata se basa en una exploración física mediante tacto rectal, donde el médico puede valorar si la próstata ha visto aumentado su tamaño.

Generalmente, cuando aumenta de tamaño, suele ser simétrica y lisa, y no suele haber dolor a la palpación.

Por otro lado, puede realizarse un análisis de una muestra de orina para descartar la presencia de infección y/o sangrado.

Si el médico observa un agrandamiento del tamaño de la próstata y/o hay síntomas de obstrucción del flujo de orina también se puede llevar a cabo una prueba para determinar el antígeno prostático en sangre, que se presentaría elevado en caso de presentar la patología.

Si hay obstrucción al flujo puede ordenarse realizar una flujometría donde se mide el volumen y la velocidad del flujo de orina.

Después, se hace una ecografía para comprobar si la vejiga se ha vaciado por completo. Aquí podemos observar el grado de obstrucción del flujo de orina que existe.

Tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata

La hiperplasia benigna de próstata requiere tratamiento en caso de que los síntomas sean molestos o existan complicaciones como infecciones de orina frecuentes, función renal disminuida, presencia de sangre en la orina, retención urinaria considerable.

En caso de ser necesario el tratamiento, se pautan medicamentos o incluso, en ciertas situaciones, puede ser necesaria la cirugía.

El tratamiento de primera línea suelen ser los medicamentos alfa-adrenérgicos, tales como doxazosina, tamsulosina, silodosina, terazosina y alfuzosina. Su función principal es relajar la musculatura lisa de la próstata, reduciendo la obstrucción de la vejiga y mejorando así el flujo de orina.

Otros fármacos utilizados para su tratamiento pueden ser la finasterida y la dutasterida que bloquean el efecto de las hormonas masculinas (testosterona y dihidrotestosterona), ayudando a reducir el tamaño de la próstata y evitar o prolongar en el tiempo la cirugía.

Generalmente el tratamiento con finasterida y/o dutasterida debe prolongarse un mínimo de tres meses para notar mejoría en los síntomas. Este tratamiento puede combinarse con alguno de los medicamentos alfa-adrenérgicos nombrados arriba si es necesario.

En caso de que el tratamiento farmacológico no funcione correctamente se pueden llevar a cabo (en función de la situación del paciente) la cirugía, una técnica que permitirá mejorar considerablemente los síntomas, pero que también conlleva su riesgo y puede tener sus complicaciones.

Recomendaciones extra a seguir

En función del tratamiento impuesto al paciente y cómo evolucione la patología incluiremos una serie de consejos para sobrellevarla de mejor manera. Entre ellos:

  • Beber suficiente líquido a lo largo del día, evitando grandes volúmenes en poco tiempo y, sobre todo, antes de acostarse.
  • Orinar cuando se tenga ganas, evitando retener la orina en la vejiga.
  • Evitar la toma de alcohol y/o café para no ejercer un efecto irritativo en la próstata.
  • Hacer algo de actividad física para mejorar las molestias a nivel de la zona pélvica.
  • Llevar a cabo una dieta variada y equilibrada para evitar síntomas como el estreñimiento que puede producir una mayor molestia en la zona y, por ende, una molestia sumada a la patología.
Jonay Siverio de Armas

Jonay Siverio de Armas

Graduado en Farmacia. Supervisado por Basilio Valladares.

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